Juan David Castilla
A pesar de la crisis económica que ocasionó la pandemia del Sars-Cov2 (Covid-19), las familias xalapeñas colocan altares en sus viviendas para recordar a sus seres queridos durante esta temporada de Día de Muertos.
La gente pone ofrendas con veladoras papel picado, frutas, tamales, pan, bebidas alcohólicas y los hasta platillos favoritos de disfrutaban en vida los fieles difuntos.
Hay quienes invierten más de mil pesos para dicha actividad, según revelan comerciantes del mercado Jáuregui, ubicado en centro histórico de la ciudad de Xalapa.
Algunas personas compran dulces de jamoncillo, tamales, mandarinas, manzanas, caña de azúcar, calaveras de chocolate, arcos de rama tinaja y flor de cempasúchil o moco de pavo.
Otras personas solo destinan unos 300 pesos para montar el altar de muertos en sus casas, debido a que la económica familiar está “gastada”.
El mercado mencionado está saturado de artículos de la temporada por el Día de Muertos y Todos Santos, que se conmemoran los días 1 y 2 de noviembre.
Cabe mencionar que se trata de una las tradiciones mexicanas más arraigadas, pues es considerada Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Cultura y la Ciencia (UNESCO) desde el año 2003.