Arantxa Arcos
A la una de la tarde del jueves 4 de mayo ingresaba a laborar un varón al rancho ubicado en la congregación El Zapote, del municipio de Teocelo.
Cada día lo recibía Gordon Lewis Strom Díaz, estadounidense que llegó en 2013 al estado de Veracruz y decidió vivir a 30 minutos de la ciudad capital.
“El gringo” fue un hombre de 58 años, delgado y sonriente que no salió para charlar con el empleado de casa y planear las labores del día.
Su cuerpo lució inerte en algún rincón de la casa, ensangrentado y con signos de tortura. Su camioneta desapareció con los criminales.
El varón que trabajó diariamente con Gordon llamó a amigos y a la policía para reportar el hallazgo de “El gringo”, como lo nombraron pobladores en la localidad aledaña al cerro Acamalin.
Gordon se quedó solo desde el primero de mayo en Teocelo, su esposa, “La gringa”, regresó a los Estados Unidos de Norteamérica para atender asuntos personales que requerían su presencia en el país vecino del norte.
Amigos de él le aconsejaron salir de su casa y esperar el regreso de su esposa en las cercanías del aula donde dio clases de inglés, arte, pintura, respeto y conservación del medio ambiente.
Al cuarto día de viaje, Gordon fue torturado hasta morir. Durante este viernes 5 de mayo, amigos, alumnos y vecinos le instalaron un altar en el último mural que pintó en la calle Pino Suárez número 321 de Teocelo.
La pintura abarca completamente una pared y la dividió en dos secciones; la primera comprenda a burbujas de jabón con seis necesidades en el municipio que habitó sus últimos años de vida.
La segunda sección, detalló un manuscrito con la descripción de cada necesidad, denominándolas “Sueños de Teocelo”; agua potable, limpia de calles, puente nuevo, aparato de rayos X, parque para patinar, vida sustentable y más arte en Teocelo.
Hombres, mujeres y niños escribieron algunas cartas y las colgaron de tal forma que formaron una tira, parecida a un tendedero de ropa pero con hojas repletas de dolor y lágrimas.
“Adiós luz de paz
Siempre te voy a extrañar
No sé qué va a pasar
Prometo nunca te voy a olvidar”.
“Tú que nos veniste a cambiar
Ahora se nos hace muy triste verte marchar”.
“Tu amor nos demostraste, tu carisma y querer
Nos diste apoyo y nunca solos nos dejaste”.
“Adiós luz de paz
Te prometo que nunca te voy a olvidar”, fueron algunas palabras que pegaron sobre el mural.
La cocina de una vecina donó una mesa para convertirla en el altar con imágenes religiosas, agua bendita y una fotografía bajada de la red social “Facebook”.
El fondo de la imagen sonriente de Gordon son frondosos árboles verdes, una camisa café le acompaña que combina con sus ojos claros y un bigote con algunas tonalidades de blanco.
Los presentes no platican, se miran unos a otros y compartieron con suspiros el sentir de un asesinato, el sexto en cinco meses del año.
Amigos de Gordon lo vieron la primera semana de mayo manejar su camioneta repleta de colores y artículos que pretendía ocupar para el festival del 10 de mayo, el Día de las Madres.
“Sé el cambio”, lema de Gordon
El vehículo se estacionó sobre la calle Pino Suárez, privada que conecta con la calle 5 de mayo, que por el año 2015 bacheó con ayuda de pobladores, ante las omisiones de la presidenta municipal de extracción priísta, Ana Lilia López Vanda.
“Estamos aquí solamente para nuestro pueblo, es nuestra primera acción, lo haremos mensual y así, en 18 meses tendremos un municipio unido”, exclamó Gordon en una entrevista ofrecida al Colectivo Voz Alterna, en 2015.
A dos años, la arteria vehicular luce sin baches, sin hundimientos de 15 o 20 centímetros. Los pobladores expresaron el luto apagando los reproductores de música, los negocios comenzaron a poner globos blancos en sus fachadas.
Un crucifico y la imagen de Monseñor Guizar y Valencia fueron las únicas acciones católicas. No emitieron rezos, bajo el argumento de respetar las creencias de Gordon.
Los habitantes de Teocelo escasamente emitieron palabras, se concentraron en guardar silencio por el asesinato de un ambientalista, activista, amigo, maestro de arte, de pintura y meditación.
Una colega lo intentó buscar cuando el varón que trabaja en casa de Gordon reportó el hallazgo.
Un accidente, fue lo único que mencionaron en el pueblo. El rumor corrió las calles empedradas y por las copas de los árboles.
Su colega de clases marcó a la esposa de Gordon, le mencionó que su esposo sufrió un accidente automovilístico, esperaron confirmar la situación antes de notificar a su familia en el extranjero.
Alrededor de las cinco de la tarde, cinco horas después del hallazgo, la esposa de Gordon recibió la mala noticia; fue asesinado y torturado en su casa.
El impacto causó que fuera hospitalizada por algunas horas, los habitantes de Teocelo perdieron comunicación con familiares del país vecino del norte.
Al despertar, la sobrina de Gordon se encargó del papeleo vía telefónica para recoger a su tío el domingo o lunes, cuando regresen a México, a Veracruz y finalmente a Teocelo.
Todos se cuestionan porqué Gordon, porqué asesinaron al gringo. Las últimas palabras que cruzó con una vecina del salón de clases se grabaron en su memoria y se externaron entre lágrimas.
-Güero, vente para acá en lo que regresa tu mujer, allá estás muy solo y lejos. Teocelo está muy feo, vente, acá te acomodamos en lo que regresa- , le exclamó la mujer.
-No pasa nada, estoy bien- respondió Gordon y manejó a su rancho ubicado en la congregación de El Zapote, rodeado de vegetación.
En vida nunca comentó a sus amigos y conocidos sentir persecución, miedo o sospechas de ser agredido por alguien.
Su única preocupación se concentraba en vender la vivienda que consolidó en el rancho, ya que había sido violentada en una ocasión. Su casa fue visitada por personas desconocidas que despojaron de pertenencias de valor.
En el lapso de vender o no su casa, recibió otra visita de desconocidos. Le despojaron con tortura la vida.
Los pobladores aledaños al Cerro Acamalin organizaron una misa en la Catedral de La Asunción, este sábado 6 de mayo a las cinco de la tarde.
Para el domingo 7 de mayo, posible llegada de familiares de Gordon a México, sus amigos y compañeros de lucha en Teocelo marcharan del mural de la calle de Pino Suárez al Palacio Municipal con burbujas de jabón.
De acuerdo a amigos del “gringo”, las burbujas de jabón representaban para burbujas de paz. Las mismas bombas que pedía a sus alumnos en clases de meditación.