Arantxa Arcos
Miami, Cancún, Nueva York y Europa son algunos de los destinos preferidos por los secretarios y funcionarios del Gobierno del Estado de Veracruz que no bastaron de su millonario sueldo para contratar viajes con mujeres.
Los diversos gastos del Gobierno de Veracruz que encabezó Javier «N», ex mandatario recluido en Ciudad de México, incluido los viajes con “damitas”, generon impuestos por no solventarse en la brevedad posible.
Hasta el mes de noviembre del 2016, adeudó 80 millones de pesos a 30 agencias de viajes, 15 de ellas, la mitad, ya cerraron sus puertas por no tener dinero para solventar contratos sin fondos.
Los viajes de negocio se convirtieron en viajes de romance con personas ajenas a sus hijos o esposa de funcionarios que despacharon de la Secretaría de Turismo (Sectur), Secretaría de Desarrollo Económico y Portuario del Estado (Sedecop), la Secretaría Particular del Gobernador y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).
Sectur y la Secretaría Particular exigieron lujosos aviones, hoteles y recurrentes viajes por el mundo.
La primera dependencia escudó la promoción del Carnaval de Veracruz, Tajín, Tlacotalpan, las últimas ediciones del Hay Festival y los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2014.
Hoteles de cinco estrellas, camionetas de lujo con clima, chofer y tanque lleno, además de alimentos, se sumaron a la cuenta millonaria para lucir ante los visitantes o extranjeros.
La realidad de las transferencias bancarias de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan) o depósitos de la misma nunca se reflejó en las Agencias de Viajes, es más, siguieron pidiendo, siguen pidiendo.
La presidenta de la Asociación Mexicana de Agencias de Viajes (AMAV) en Veracruz, Idheanna Gómez Ortiz, confirmó que dejaron de hacer contratos con Gobierno del Estado, para evitar tener más deudas con bancos, embargos, empeños o recorte de personal.
“Había muchos abusos porque no les importaba la tarifa, ellos no pagaban y después ya no te lo reconocían. Por la misma confianza del contrato, no es porque quisiéramos ser avorazados, pero era una continuidad, pasaban 15 días o el mes y pagaban, hasta que llegó un momento que ya no pagaron”, exclamó Idehanna.
La impuntualidad de pago excedió la confianza consolidada en más de dieciocho años. Las primeras ocasiones solventaron contratos hasta con 15 días de retraso. Desde 2013, lo superaron 73 veces, es decir, a la fecha, 2016, no han pagado ni un carro desmantelado por ellos.
Fernando Charleston Hernández, Tomas Ruiz González, Salvador Manzur Díaz, Carlos Aguirre Morales, Mauricio Audirac Murillo, Antonio Gómez Pelegrin, los seis ex titulares de Sefiplan, durante el gobierno Duartista se reunieron con los agentes de viajes, prometieron pagos, pero para las fechas pactadas argumentaron excusas y no pagaron.
La titular de Sefiplan, Clementina Guerrero García, no los recibió, ni citó para reconocer la deuda de 80 millones de pesos.
“Este ha sido el peor sexenio. Pedían a manos llenas, fue el sexenio más crítico para los empresarios”.
Escapes amorosos
Los nombres de funcionarios no se revelaron por los defraudados, ellos si han respetado los contratos firmados por ambas partes.
Y es que de acuerdo a lo previsto en el artículo 15 y demás aplicables en la Ley Federal de Protección de Datos Personales en posesiones de particulares, la información de los clientes es tratada de forma estrictamente confidencial.
Los incumplidos en pagos, solicitaban de último momento boletos, avión, hospedaje, vehículos con chofer para ellos y acompañantes ajenos a la función pública o familiares, para asistir a las finales de la Liga de Campeones de la UEFA (Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol), obras de teatro en Broadway o un par de días en las playas de Cancún, con todo pagado.
“Iban acompañados de sus segundos frentes, las llevaban y metían gastos en el contrato”.
Cada viaje oscilaba los 40 mil pesos por persona, variando si los extendían hasta una semana.
Las “damitas” podían pedir a nombre del funcionario. Saliendo de Veracruz o de la Ciudad de México con destino a Miami, Panamá, Los Ángeles, Nueva York o cualquier destino de Europa para adquirir ropa de reconocidas marcas.
Hasta las llantas se robaron
No fue suficiente pedir “fiado”, además robaron. Desmantelaron una camioneta de lujo Mazda CX-9 con un valor en el mercado de 639 mil 900 pesos.
La renta del vehículo se pactó en el mes de febrero del 2016, cuando la Secretaría de Desarrollo Económico y Portuario (Sedecop), en coordinación con la Secretaría de Economía (SE) y el Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM) realizó talleres para dar a conocer las reglas de operación del año.
Erick Porres Blesa era el titular de la Sedecop, dependencia estatal que estacionó la unidad en sus oficinas en Jardines de las Ánimas, fraccionamiento de alta plusvalía en la ciudad capital.
La unidad de lujo quedó en ladrillos, parada, haciendo días de contrato sin pagar, ni asumir la responsabilidad ante la agencia de viajes que la prestó temporalmente.
Sedecop incrementó la cuenta al ponerse espléndidos con los visitantes. Rentó un avión en más de millón y medio de pesos de la marca Magnicharters para transportar asistentes de Panamá y Estados Unidos de Norteamérica.
“Desafortunadamente creo que hay demasiadas personas involucradas que siguen cubriendo este tipo de fechorías, porque nosotros pequeños empresarios, el SAT viene contigo con todo, ellos no. Porqué esto que es notorio, que todo mundo sabe que roban, no está pasando absolutamente nada”, lamentó Idheanna.
La Secretaría de Seguridad Pública (SSP), otra dependencia deudora con las Agencias de Viajes, fue la única que llevó en orden sus facturas, prometiendo pagar a través de Sefiplan. De esta dependencia, poco se hizo mención.
En los tres años de espera de pago, los empresarios dejaron sin empleo a más de 200 familias, se endeudaron con los hoteles, empeñaron pertenencias para pagar lo que debió solventar Gobierno del Estado.
Tanto los titulares de las cuatro secretarías de gobierno como todos los involucrados en las mismas, aprovecharon los excesos de dinero destinados para pago de pensiones, apoyos a campesinos, la creación de hospitales o compra de medicamentos a enfermos de cáncer.
Los afectados de los excesos salieron a las calles de Veracruz, mientras el gobernador que inició el caos es juzgado por varios delitos en su contra.