Por Yair Ademar Domínguez | Columna
La educación es fundamental para la felicidad social, es el principio en el que descansan la libertad y el engrandecimiento de los pueblos. La educación constituye el medio que permite la superación personal, pero al mismo tiempo es el camino hacia la formación de buenos ciudadanos, mujeres y hombres, destacados por su profesionalismo y, sobre todo, por su dimensión social y humanista.
Con esas palabras, el presidente Andrés Manuel López Obrador definió en el Día del Maestro, lo que ha sido su programa de gobierno con el magisterio mexicano, ninguneado y vilipendiado por los gobiernos neoliberales. Y como las palabras tienen que ir acompañadas de obras, si no serían pura demagogia, el mandatario mexicano anunció que de manera retroactiva, es decir, desde enero pasado, aplicará un aumento al sueldo de maestras y maestros, y de todos los que laboran en el sector educativo, de 8.2 por ciento en promedio.
Buenas noticias sin lugar a dudas para un sector, repetimos, que ha sido utilizado siempre como carne de cañón, que ha sido atacado por los neoliberales, porque los maestros son apóstoles del despertar de conciencias, ayudan a niños, jóvenes y adultos a mirar más lejos, son formadores de conciencia, luz para la oscuridad social de nuestro país.
Pero dijo más el Jefe de las instituciones del país: ningún maestro ni trabajador de la educación ganará menos de 16 mil pesos mensuales, que es el promedio que obtienen actualmente los trabajadores inscritos en el Seguro Social. ¡Eso es justicia social! Esas, reiteramos, son obras y acciones contundentes en un día tan significativo en donde reconocemos a los hombres y mujeres que construyen los cimientos de nuestra nación.
“El año pasado, el promedio de los salarios de los trabajadores inscritos al Seguro Social era de un poco más de 12 mil pesos y tomamos la decisión de que los maestros ganarán como mínimo lo que obtienen en promedio los trabajadores inscritos al Seguro Social, y esto significó beneficiar a muchos maestros que ganaban menos de 12 mil pesos al mes el año pasado”, lo que ha generado un gran aplauso para el presidente López Obrador.
Pero esta noticia está ligada a un plan de gobierno, a una estrategia, al crecimiento de la economía del país, al mejoramiento de los sueldos en todo el territorio nacional, “ya el promedio de los trabajadores inscritos en el Seguro Social, que son cerca de 22 millones, el promedio del salario ya es de 16 mil pesos. Entonces, cómo va a ser posible que los maestros ganen menos que eso. Por eso, estamos tomando la decisión que el salario mínimo para un maestro siempre sea el del promedio de lo que ganan los trabajadores en nuestro país, y en este caso son 16 mil pesos mensuales”.
Esta decisión y el aumento en general al salario implicará que destinemos 42 mil millones de pesos adicionales al presupuesto, al fortalecimiento de la educación pública en nuestro país. No es un gasto, es una inversión”.
No podría haber mejores noticias este día. El programa de justicia social del mandatario mexicano va al fondo, a la médula, para atender los problemas sociales del país. Atención a grupos sociales vulnerables, programas para niños, niñas y jóvenes, quienes representan el futuro del país y atención a las y los maestros, los forjadores del futuro de este país. La transformación histórica de nuestro país sigue su curso y se consolida cada día.
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