Juan David Castilla
Comunidades rurales del estado de Veracruz, con el apoyo de la iniciativa privada, aplican un modelo de captación de agua pluvial para hacer frente a la escasez de agua y promover la sostenibilidad.
Diversos municipios de Veracruz padecieron la crisis hídrica hace unos meses, incluso, hay zonas que aún enfrentan el desabasto de agua.
Recién se dio a conocer que la empresa Granjas Carroll de México (GCM) ha implementado sistemas de captación de agua de lluvia en comunidades rurales de Puebla y de Veracruz.
Se busca no solo garantizar el acceso al agua potable en áreas marginadas, sino también, contribuir a la seguridad alimentaria y a la salud de las familias beneficiadas.
El proyecto de captación de agua de lluvia, conocido como SCALL (Sistema de Captación de Agua de Lluvia), se ha centrado en las comunidades de baja precipitación pluvial.
Se han utilizado los techos de las viviendas como superficie de captación. El agua de lluvia es recolectada y almacenada para su uso posterior en actividades domésticas y agrícolas.
La compañía indicó que el proyecto se inició con un diagnóstico participativo para evaluar la disponibilidad de recursos naturales y las condiciones de vida de los pobladores. Basado en la metodología de la FAO, se realizaron acciones específicas de organización, producción agroalimentaria, capacitación, nutrición, educación y economía familiar, con el agua como eje central.
Durante 2022 y 2023, se construyeron 18 sistemas de captación de agua de lluvia en comunidades piloto, cuya inversión corrió a cargo de la empresa porcícola. Este esfuerzo ha permitido que 18 familias cuenten con reservorios de agua, contribuyendo al Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6 de la ONU que busca lograr el acceso universal y equitativo al agua potable y al saneamiento.
También se pretende mejorar la calidad de vida de las familias beneficiadas al proporcionarles un recurso esencial para sus actividades diarias. Promueve la sostenibilidad ambiental al utilizar el agua de lluvia, un recurso natural y renovable.
Además, estas acciones fortalecen la resiliencia de las comunidades frente a la escasez de agua, creando un modelo replicable para otras regiones con desafíos similares.